Nadie sabe para quién trabaja
Luego que hace unas semanas, el flamante alcalde de Venustiano Carranza, Julio César Moreno alías el Nenuco, renunciara al PRD para adherirse a Morena, muchos morenos quieren revertir la posibilidad de que renuncie a Morena y que la alcaldía que él preside, quede en manos de Evelyn Parra.
Y es que los morenistas exigirán que las encuestas internas para elegir candidatos en esa demarcación sean abiertas, a fin de que las militantes de hueso colorado —y no los arribistas, tengan la oportunidad de competir por la alcaldía y las diputaciones.
Y es que hace un par de semanas Claudia Sheinbaum cerró un acuerdo con El Nenuco para que éste dejara el PRD y se vistiera de marrón, con la promesa de que le dejarían nombrar a la candidata de la 4-T a alcaldesa, a un diputado local y que él tendría una diputación federal.
Esta acción molestó no sólo a las bases, sino también a las diputadas Rocío Badillo y Guadalupe Morales, además de Esthela Damián, directora del DIF local, y Patricia Ruiz Anchondo, procuradora social, quienes durante años lucharon por esa posición.
Excepto Morales, quien ganó por el PAN en 2000, las demás no han podido precisamente porque Moreno no las ha dejado llegar, muchas veces mediante la violencia física, según sus propias denuncias.
En los pasillos de la 4-T se asegura que la militancia exigirá al partido abrir las encuestas internas para evitar que el dedazo de Claudia imponga a una Nenuca, y que él mismo obtenga una diputación federal y otra local para sus incondicionales.
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La intención de la jefa de Gobierno fue comprar —con todo y dueño, una alcaldía que difícilmente podría ganar su partido en las urnas. Y de paso hacerle otro hueco al PRD, adquiriendo a uno de sus líderes territoriales.
El negocio parecía cerrado, pero ni Sheinbaum ni el propio Julio César contaban con que al interior de Morena los agraviados no iban a quedarse con los brazos cruzados ante el dedazo de la jefa de Gobierno.
Parece que la rebelión de morenos en contra de Claudia está creciendo, al grado que hasta funcionarias de su propio gobierno podrían protestar contra la intención de pasar por encima de la militancia.
Y es que en los últimos días se ha hecho público que ella negocia directamente alcaldías, incluso con enemigos de la 4-T, para posicionarse con candidatos “propios” a las elecciones del próximo 6 de junio.
El proceso interno de Morena es una auténtica simulación mediante la que busca legitimar su dedazo sin que nadie pueda decir nada, excepto si la frenan antes de la nominación oficial de candidatos.
Porque los inconformes no podrán interponer juicios ante los tribunales electorales, ya que al firmar su registro como aspirantes, se comprometieron a aceptar sin chistar la decisión que tome su partido.
La jefa de Gobierno prepara la toma del partido en la CDMX; ni en los mejores tiempos del PRI se veía esto.