Previo a cada proceso electoral, más de una asociación política busca la certificación del INE para que le otorgue su registro como partido, y pueda disputar la contienda electoral.
En su primera incursión, los partidos de reciente creación no pueden ir en alianza con nadie, y tienen que conseguir —como todos—, mínimo el tres por ciento de la votación total para que su registro les sea ratificado.
Muchos pensarán que el negocio está en las prerrogativas públicas que recibirán para participar en las elecciones en turno. Y si bien es cierto que el INE les dará una partida para campañas, tampoco es que de ahí hagan su fortuna.
¿Dónde está entonces el negocio?
Pues en la venta o renta de la membresía para quienes quieran obtener una candidatura a un cargo de elección popular.
Y es que todos los partidos —sobre todo los de nuevo registro—, ponen en renta sus siglas para que los aspirantes a un cargo participen, y si ganan recuperen su inversión e incluso la hagan rentable.
Hace tres semanas, dirigentes populares que aspiran a un cargo político en la CDMX, denunciaron que líderes de nuevos partidos les pedían sumas millonarias para hacerlos candidatos.
Entre los mencionados está Redes Sociales Progresistas, cuyo registro fue autorizado de última hora por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, luego de que el INE se lo había negado.
Los aspirantes denunciaron que de entrada le pidieron 50 mil pesos como cuota inicial por la posibilidad de una candidatura a diputado local o federal por la Ciudad de México. Y que si al final la obtenían, tendrían que aportar cifras de seis ceros para las campañas del partido.
Al conocer las tarifas, varios de ellos —entre los que se encuentran algunos ex perredistas— de plano dieron las gracias al partido que recién llegó a presidir en la capital Pedro Pablo de Antuñano, exdirector director Jurídico y de Gobierno de la delegación Cuauhtémoc.
Sí, el mismo que en 2016 fue detenido con 600 mil pesos que transportaba en una caja de zapatos cuando conducía por calles de Polanco. En ese entonces fue remitido al MP, donde dijo que ese dinero era producto de una vaquita para una obra, pues dijo ser cineasta; obtuvo su libertad.
Esta práctica no es nueva, pues durante mucho tiempo en casi todos los partidos se puso precio a las candidaturas —sobre todo a legisladores— y más de uno le entraba con gusto, porque si invertían cinco millones, luego de tres años en el cargo los recuperaban con creces.
La más reciente denuncia es contra el PT, que pide 40 mil pesos para aspirantes a concejales y 100 mil para diputados. Esa sólo es cuota de inscripción VIP, sin garantía de ser candidatos; los aspirantes deben pagar la mitad ahora y la otra mitad antes del 6 de enero.
Ese es el negocio de los partidos, que crece cuando tienen diputados, alcaldes y demás funcionarios, pues las cuotas y las partidas van en aumento.